Rodrigo Cortés: “Hay una ley de causa y efecto que nos trasciende”

El cineasta y escritor une fuerzas con el grabador e ilustrador Tomás Hijo en la novela gráfica ‘La piedra blanda’

Rodrigo Cortés, uno de los cineastas españoles más versátiles y personales de su generación, vuelve a sorprender. Director de culto gracias a títulos como ‘Buried’, productor ejecutivo –con Martin Scorsese– en su última película, ‘Escape’, y colaborador habitual en el pódcast ‘Todopoderosos’, ha trabajado con Robert De Niro, Sigourney Weaver, Ryan Reynolds o Cillian Murphy. Ahora une fuerzas con el grabador e ilustrador Tomás Hijo para dar forma a ‘La piedra blanda’ (Random House), una fábula gráfica tan singular como ambiciosa. Forjada durante cinco años, combina su prosa afilada y visionaria con el arte simbólico de Hijo –colaborador habitual de Guillermo del Toro– para contar la historia de Pedro de Poco, un viajero en busca de sentido en un mundo atemporal plagado de enigmas y revelaciones. Una pieza que desborda imaginación, hondura espiritual y belleza visual.

PREGUNTA.- ‘La piedra blanca’ resulta desconcertante. No es cómic, ni libro ilustrado, ni obra plástica convencional…

RESPUESTA.- No es ninguna de esas cosas por separado, pero tiene algo de todas ellas. Por eso la hemos llamado “fábula gráfica tallada”. Está hecha en linóleo: cada imagen es un grabado que implica un proceso manual, primitivo y laborioso. Cada palabra ha sido elegida con extremo cuidado, porque también será tallada, letra a letra, por Tomás Hijo. El resultado es una obra artesanal, única.

Lienzo en blanco

P.-Pedro de Poco ya sugiere muchas cosas con su nombre.

R.- Es una figura de pocas palabras, de rostro inexpresivo. Se convierte en una especie de lienzo emocional en blanco para el lector. No impongo una tesis ni un mensaje cerrado. Es el lector quien proyecta sus propios diálogos internos en Pedro, que es hierático y abierto a interpretación.

P.- ¿Es un viaje de iniciación?

R.- No de forma deliberada. Pedro atraviesa un mundo que simplemente es. No hay juicios morales, no hay buenos ni malos. Ese mundo refleja cómo percibo la naturaleza. (…)

P.- ¿Es usted un hombre espiritual?

R.- Tengo un sentido de trascendencia, aunque no sabría definirlo. A menudo, creo personajes que piensan lo contrario que yo, para obligarme a dialogar con esas ideas. En ‘Los años extraordinarios’, Jaime Fanjul cree que todo es absurdo. Yo, en cambio, siento que hay una interconexión, una lógica oculta que guía los hechos, una ley de causa y efecto que nos trasciende. (…)