“No duden en compartir la alegría y el asombro que nacen de la contemplación de las ‘semillas’ que, en palabras de San Agustín, Dios ha esparcido en la armonía del universo”. Es este el deseo que el Papa León XIV, citando el De Genesis ad litteram del Obispo de Hipona, dirigió esta mañana, 16 de junio, en el Aula del Consistorio, a los participantes en la Escuela de Verano del Observatorio Vaticano, es ante todo una invitación a compartir generosamente los conocimientos. Ese último “paso” que incluye a los demás, haciéndolos partícipes de un don, es precisamente lo que da sentido al esfuerzo y la profundización personal de quien comparte.
“Nunca olviden que lo que hacen tiene como finalidad el beneficio de todos nosotros. Sean generosos al compartir lo que aprendan y lo que experimentan lo mejor que puedan y de cualquier forma que puedan”.
Clases de astronomía, pero también excursiones y visitas guiadas
El 1 de junio comenzó oficialmente la Escuela de Verano del Observatorio Vaticano, que se tiene en Castel Gandolfo. Participan veinticuatro jóvenes astrónomos de veintidós países. Hasta el 27 de junio, asistirán a conferencias impartidas por algunos de los principales expertos mundiales en astronomía, trabajarán en proyectos relacionados con su investigación y participarán en excursiones y viajes por algunas ciudades de Italia (Subiaco, Florencia, Orvieto, Ostia Antica).
En busca de la vida con el telescopio Webb
El título de esta decimonovena edición de la Escuela de Verano es “Explorando el Universo con el Telescopio Espacial de James Webb”. Un instrumento operativo desde 2022 que recientemente logró tomar una fotografía, llamada Cosmos-Web Field, de casi 800 mil galaxias. Se trata de la fotografía más grande y detallada jamás tomada, con un tiempo de exposición de 255 horas, en la que los astrónomos podrán asomarse a las “semillas” del origen del universo y de la vida. León XIV se refiere a ello en su discurso: «Gracias a ese instrumento verdaderamente notable – afirmó el Papa – por primera vez podemos observar en profundidad las atmósferas de los exoplanetas, donde podría desarrollarse la vida, y estudiar las nebulosas, donde se forman los propios sistemas planetarios».
“Con Webb podemos incluso rastrear la luz antigua de galaxias distantes, lo que nos habla del comienzo mismo de nuestro universo”.
El trabajo de la ciencia es para el bien de toda la humanidad
El Pontífice subrayó además que la construcción misma del telescopio es fruto de un esfuerzo comunitario y que la cadena de investigación científica es larga, colaborativa y debe servir para aumentar el conocimiento de toda la humanidad. «Cada uno de ustedes – enfatizó el Papa León – forma parte de una comunidad mucho más grande. Piensen en todas las personas que han trabajado durante los últimos treinta años para construir el Telescopio Espacial y sus instrumentos, y en quienes han trabajado para desarrollar las ideas científicas para cuya verificación fue diseñado».
“Además de la contribución de sus colegas científicos, ingenieros y matemáticos, es también gracias al apoyo de sus familias y de muchos de sus amigos que han podido apreciar y participar en esta extraordinaria labor, que nos ha permitido ver el mundo que nos rodea de una manera nueva”.
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