Del 26 al 30 de mayo, presidentes y secretarios de los 22 episcopados latinoamericanos y caribeños se reúnen en la 40ª Asamblea General Ordinaria, en Río de Janeiro, donde nació el Celam en 1955.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) cumple 70 años y lo celebrará en el marco de su 40ª Asamblea General Ordinaria en curso, del 26 al 30 de mayo, en la ciudad brasileña de Río de Janeiro dónde tuvo lugar su creación en 1955.
Participan de la Asamblea presidentes y secretarios generales de los 22 episcopados del continente con el fin de “fortalecer el espíritu de colegialidad y servicio a nuestros pueblos”. Los obispos discernirán “los signos de los tiempos” ahora en esta nueva etapa de la Iglesia universal a la cabeza del papa León XIV y, renovarán la presencia misionera y evangelizadora a la luz de la primera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
Entre los objetivos propuestos para la Asamblea se encuentran vivir una experiencia de oración y fe compartida en el Año Santo de la esperanza desde su condición de pastores y discípulos misioneros; compartir el camino de recepción del Sínodo en los países de la región así como también identificar las necesidades de articulación tras celebrar a principio de año los llamados Encuentros regionales y actualizar a presidentes y secretarios generales del Celam para el período 2025-2028 a la luz de su renovación y reestructuración.
Celebraciones especiales
Los prelados durante esta Asamblea general revisarán los preparativos de los 1700 años del Concilio de Nicea, a realizarse en julio en Guatemala como también tienen previsto, durante su estadía en Brasil, ir al monumento del Cristo Redentor para celebrar 10 años de Laudato si’. Actividad en la que participarán diversas organizaciones eclesiales y sociales como Movimiento Laudato si’ e integrantes de la Comisión de Ecología Integral de Latinoamérica y el Caribe (CEILAC).
El viernes 30 de mayo se tiene prevista una rueda de prensa para compartir las conclusiones y balance de esta Asamblea general. En los venideros días se anunciarán los canales de transmisión y las acreditaciones de prensa respectivas.
Card. Spengler: renovar el compromiso pastoral desde la comunión y la esperanza
En la homilía inaugural de la Asamblea, el arzobispo de Porto Alegre (Brasil) y presidente del Celam, cardenal Jaime Spengler interpeló a la audiencia: “¿A dónde vamos como Iglesia?”, llamando a los hermanos obispos del continente a “construir juntos un futuro eclesial iluminado por el Evangelio y en fidelidad al clamor de los pobres y de la Casa Común”.
La Eucaristía tuvo lugar en la capilla del Colegio Sagrado Corazón de María, donde, siete décadas atrás, nació este organismo de comunión pastoral en el corazón de Río de Janeiro.
Inspirado en la lectura del Evangelio de Juan, el cardenal Spengler meditó sobre la angustia de los discípulos ante la partida de Jesús y advirtió sobre “una tristeza que nos engaña, que nos hace buscar la alegría en lugares ajenos al Evangelio”. Esa tristeza -agregó- “nos puede conducir a la autorreferencialidad y al olvido de nuestro verdadero destino: volver al Padre”.
“También nosotros, ante nuestro futuro, podemos caer en la tristeza pensando que la vida es un declive constante”, advirtió. Por ello, instó a vivir el presente “comprometidos con la promoción y el cuidado de la vida, dedicados a los hermanos y hermanas, especialmente a los más frágiles”.
Setenta años de una Iglesia en camino
El presidente del Celam destacó que la Asamblea General se inscribe en una larga tradición de comunión episcopal y discernimiento pastoral que comenzó hace 70 años. “Es la realización en el tiempo de un sueño eclesial”, aseveró, recordando que el Celam fue una respuesta concreta a las orientaciones del Concilio Vaticano II.
El arzobispo brasileño recordó que las conferencias del Celam -desde Medellín hasta Aparecida- “ofrecieron sin lugar a dudas rutas claras para la evangelización del continente, aportes que inspiraron incluso a iglesias de otros continentes. “¿Adónde vamos?”, insistió. “Es la pregunta que nos toca ahora buscar juntos, iluminados por la herencia del Concilio de Nicea, por el documento final del Sínodo y orientados por Praedicate evangelium“.
El cardenal concluyó su homilía invocando la figura de la Virgen de Guadalupe como madre de los pueblos latinoamericanos “Ella sigue susurrando en nuestros oídos: hagan todo lo que mi Hijo les diga”. En este sentido, llamó a cultivar corazones, oídos y mentes abiertos “para corresponder a los desafíos del tiempo presente”: transmitir la fe a las nuevas generaciones, fortalecer la vida comunitaria, cuidar la Casa Común, denunciar las injusticias y anunciar con alegría el Evangelio.